En un taller conviven muchos elementos tóxicos, peligrosos e inflamables. Es responsabilidad de quien trabaje allí conocer los riesgos que existen.
Es importante tener matafuegos, de acuerdo al tipo de fuego que queremos combatir y tener una instalación eléctrica normalizada, aprobada y segura.
Yendo a lo mecánico, no se deben tomar a broma los gases de escape de los motores de combustión, tanto de dos como de cuatro tiempos, Son muy tóxicos. No hay que hacer funcionar un motor dentro de una habitación cerrada, ni siquiera 30 segundos "para probar". Las ventanas y puertas deben estar siempre bien abiertas y todo bien ventilado cuando se ponga un motor en marcha.
Cuidado con la gasolina y al famoso cigarrillo. Le aconsejamos que ponga en su taller el letrero de "Prohibido fumar", y que no caiga en la tentación de ir fumando en las proximidades de carburador. Cuando se hacen reparaciones en el motor, muchas son las veces que se tiene la gasolina a mano para lavar piezas o por cualquier otra razón. El vapor de la gasolina se inflama súbitamente cuando hay llamas cerca.
Por último, el electrolito de la batería contiene ácido sulfúrico. El ácido sulfúrico quema la piel y puede hacer mucho daño si por casualidad cae en los ojos. Trátese a la batería con respeto. Por otra parte, un cortocircuito directo entre los dos polos empieza ya a tener importante intensidad en las baterías de las motos grandes. No ponga, encima de la batería, herramientas de hierro. Y no se olvide tampoco lo del cigarrillo: La batería deja escapar hidrógeno de sus vasos y este es un gas altamente inflamable.
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