Las pastillas de freno son todo un mundo en la motocicleta. Por alguna razón, parece que no hay dos motos que tengan las mismas, lo que provoca una increíble multiplicación de las referencias, cada una asociada a un tamaño, una forma o una composición concreta.
En cualquier caso, las pastillas comerciales están formadas por una base metálica que tiene adherido el material que se encargará de rozar con el metal del disco, y cuya fricción provoca la frenada.
Ambos elementos son muy importantes, porque la base tiene que soportar la presión de los pistones de las pinzas y distribuirla lo más uniformemente posible por la zona de fricción, y también servir como vía de escape del calor generado, intentando que tanto el material del forro como los pistones trabajen en frío.
Una gran parte del secreto de una pastilla de freno está en el material, que está formado por una mezcla de diversos materiales, fibras para aglutinar el resto de los elementos, los minerales resisten la abrasión, las partículas metálicas que homogeneizan las mezcla y reparten el calor, los carburos y abrasivos varían el coeficiente de fricción y los aglutinantes mantienen toda la mezcla unida. Estos se compactan desde polvos mediante calor y presión en un proceso de sinterizado que funde los componentes y los mezcla hasta formar una masa uniforme.
Dependiendo de esta mezcla, una pastilla estará diseñada para trabajar a mayor o menor temperatura, a tener mayor o menor coeficiente de adherencia, a desgastarse más o menos, trabajar a diferentes presiones etc.
En las motos lo habitual es que las pastillas sean completamente metálicas, sobre todo desde que se prohibió el amianto o asbesto en su composición. Es importante que el material sea estable, y que su unión con la base se mantenga hasta el fin de sus días, ya que ambas partes se unen mediante adhesivos.
El proceso de sinterizado consiste en mezclar todos los componentes con la presión y la temperatura adecuadas, hasta componer la parte de fricción de la pastilla. El material sinterizado se tiene que unir mediante adhesivos a la base metálica de la pastilla, que es la que está guiada en la pinza y empujada por los pistones. El proceso de fabricación de las pastillas se tiene que realizar modelo por modelo y lado por lado hasta que la serie se ha completado, y cada una está rotulada e identificada.
En muchos taller se coloca a las pastillas dentro de la batea de ultrasonido con la intención de "revivirlas". Esta práctica no es aconsejable porque la mayoría de las fibras sintetizadas absorben líquidos, por tanto es probable que absorban la solución que colocamos en la batea para la limpieza.
Lo correcto, si queremos intervenirlas y solo cuando esten parcialmente cristalizadas, sería con una tela esmeril o cepillo de alambre, quitarles la superficie cristalizada. El resultado tiene que entregar una superficie totalmente opaca. Si luego de esta abrasión continúa el brillo típico de la cristalización, deberemos desecharla y cambiarlas por un par nuevo.
De todas maneras, en mecanicadelamoto hicimos la prueba y las colocamos. Aquí el resultado.
